Torre de la seguridad social

Santo Domingo, República Dominicana

Santo Domingo. Uno de los puntos que más inquietud y contradicción generan en el país respecto al Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo, es cómo incluir a las trabajadoras domésticas en la Seguridad Social. Aunque la Ley 87-0, que crea el Sistema de Seguridad Social, se basa en el principio de la universalidad, es decir, que todos los dominicanos y residentes legales tienen derecho a ser afiliados, lo cierto es que a casi 10 años de su aplicación, todavía el doméstico es un sector excluido.

El ensayo “Servicio doméstico y exclusión social”, publicado el año pasado por el Observatorio Político Dominicano (OPD) de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (Funglode), destaca que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de 2007, sólo el 15% de los trabajadores que se incluyeron como domésticos estaban asegurados, esto era, 52,500 de 213,355 empleados que se contaron. De esta cantidad, los sindicatos indican que muchos entraron al sistema como parte de las empresas de sus patronos, no como domésticos.

Las razones de que el número sea tan pequeño, han sido básicamente las disidencias entre los sectores sobre la “puerta” por la que deben ingresar a la SS estos trabajadores, así como las complejidades del propio colectivo, en el que una sola trabajadora puede tener varios empleadores o que no ganan lo suficiente para cotizar. Para este caso, el salario mínimo cotizable es de RD$7,053 al mes.

Entre los argumentos que se expresan, aparece el que dice que las domésticas están en el sector informal, y que deben ingresar al régimen subsidiado. Está la postura de que deben ir al contributivo subsidiado, que todavía no está en vigencia, y, además, existe el grupo que coloca a los domésticos como trabajadores formales y en el contributivo. Quienes defienden este punto de vista son los sindicalistas.

“Yo me niego a que sea gratis (totalmente subsidiado). Somos trabajadores y, por tanto, tenemos que estar en el contributivo”, dice Victoria García, presidenta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar.

En ese sentido, han ideado una fórmula tripartita para facilitar la entrada al sistema. Plantean que el gobierno aporte el 40% del total a pagar, el empleador otro 40% y la trabajadora, el 20% restante.

García, que trabajó en el servicio doméstico durante más de 30 años, y dice que “sólo le quedó el cansancio”, entiende que al gobierno debe interesarle esta propuesta, porque no tiene recursos para asumir la seguridad social de todas.

Francisca Jiménez (Altagracia), una activista de vieja data de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), asegura que las domésticas no son informales. “La ley dice que para que un trabajador sea formal tiene que tener, primero, relación de dependencia. O sea, y por eso hay un contrato entre las partes, verbal o escrito, como dice el Código. Tiene que existir un salario definido, y las domésticas tienen salario. Poco o mucho, pero tienen”, enfatiza.

Como García y Jiménez, Ruth Medrano, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Trabajadoras, considera que las domésticas pueden cotizar. Su postura es que se haga un régimen especial en donde las que puedan aportar recursos lo hagan, y a las otras se les subsidie.
“Tiene que existir un régimen especial que no está visualizado en la ley, porque son personas que están en la capacidad de contribuir, porque muchas ganan más del salario mínimo cotizable, (…) pero su movilidad no se lo permite o que yo como empleadora no tengo un RNC como una empresa y no la puedo incorporar, todos esos elementos tienen que verse”, dice Medrano.

Para Nélsida Marmolejos, titular de la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados (DIDA), no hay dudas sobre el régimen al que corresponden las domésticas: pertenecen al contributivo. Así lo expresó el año pasado en la ponencia “La situación del trabajo doméstico en la seguridad social”, en la que manifestó que “desde el punto de vista legal, los domésticos tienen derecho a disfrutar los mismos beneficios que otorga la Ley 87-01 a todas las personas que pertenecen al régimen contributivo”. “…Como se puede observar, las trabajadoras domésticas -incluye a los hombres-, reiteramos, están dentro de las personas cubiertas por el régimen contributivo. Esto les permite acceder al Seguro de Vejez, Discapacidad y Sobrevivencia, al Seguro Familiar de Salud (SFS), a subsidios por enfermedad común, por maternidad y lactancia, a las estancias infantiles y al Seguro de Riesgos Laborales, entre otras prestaciones”, establece Marmolejos en el documento que puede ser visto en Internet.

Nota completa: http://www.diariolibre.com/sociedad/2013/04/10/i378584_incluir-las-domesticas-seguridad-social-mayor-reto.html