En un mundo muy perverso, el racismo y la homofobia podrían acabarse con una intervención genética que hiciera a todos los bebés nacer blancos y heterosexuales. Por fortuna, la gente negra no lucha por ser blanca ni la gente LGBT, por ser heterosexual. Bajo esa misma lógica, lo que buscan las personas con discapacidad (PcD) no es “curarse” y les da piedra que los traten como “enfermos”.

Lo que sí buscan, como todos los movimientos de derechos civiles, es acceso a las mismas oportunidades con acciones afirmativas para eliminar las barreras culturales.

Hace 17 años fue expedida una ley que estableció la protección laboral reforzada. Es decir que no se puede echar a nadie por ser ciego o por estar en una silla de ruedas sin un permiso de Mintrabajo. ¡Suena bien! Lo que sucedió en la práctica fue que esa acción afirmativa se convirtió en una barrera más, ya que por miedo a ser demandados los empresarios prefieren no contratar a PcD. No es una opinión: el BID hizo un estudio que concluyó que es principalmente por esta razón que 87 % de PcD que pueden trabajar no tienen empleo.

Así las cosas, el partido de ‘la U’ radicó un proyecto de ley en la Comisión Séptima del Senado para que, cuando haya justa causa, se pueda despedir sin el trámite en Mintrabajo. No más miedo. Se acaba la excusa para no contratar. Las empresas verán en las PcD empleados valiosos y competentes como en cualquier otro grupo de la población. Quizá más. Sonaba sencillo, pero como todo lo que pasa por el Congreso, pisó callos.
Resulta que durante todo este tiempo los sindicatos venían valiéndose de esta protección laboral reforzada para evitar el despido de los trabajadores que sufrían accidentes laborales. Dicen que al quitar este trámite los empresarios se inventarán las justas causas y habrá una “masacre laboral”. No es cierto, por dos motivos.
Primero, las PcD quieren entrar y permanecer en las empresas porque tienen mucho por aportar. No quedarse ahí sin hacer nada chantajeando al jefe con una demanda si los despiden. Sería como un matrimonio sin amor del que no se divorcian porque sale caro. No es digno.

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