“A veces, me siento como si no hubieran transcurrido los dos años que he estado fuera de las canchas”, confiesa Natasa Kovacevic tras su reaparición. Pero sí. Han sido algo más de dos años, 26 meses. En septiembre de 2013 esta baloncestista, internacional con todas las selecciones de Serbia hasta llegar a la Sub-20, sufrió un terrible accidente de tráfico cuando se desplazaba con su equipo, el Györ húngaro. Fallecieron el entrenador Akos Füzy y el director deportivo Peter Tapodi. Kovacevic resultó gravemente herida y tuvo que serle amputada la pierna izquierda por debajo de la rodilla.

Su prometedora carrera como deportista parecía entonces fatalmente concluida. No ha sido así. Después de largos meses de rehabilitación, Koavacevic recuperó la forma, consiguió adaptarse a una prótesis especial y, a sus 21 años, fichó por el Estrella Roja de Belgrado y volvió a jugar. “Esto lo es todo para mí y deseo que enseñará a otras personas que pueden conseguir cualquier cosa en la vida si fijan su mente en ello”.

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